PEQUEÑOS DEL INSN SAN BORJA USAN MASCARILLAS ELABORADAS POR OBSTETRA LONGEVA DE 90 AÑOS

Envió palabras de aliento al personal sanitario que lucha contra el Covid-19

Ejemplo de generosidad. Ruth Ponce Alcázar, tiene 90 años. Arequipeña de nacimiento, obstetra de profesión, con un gusto increíble por la costura y sin duda con ganas de ayudar al prójimo.

Su nieta, Alicia Iglesias Pérez, cuenta que su abuela Ruth la animó a desempolvar la máquina que un día le regaló para culminar su carrera de diseñadora de modas y desde casa comenzar a elaborar mascarillas para protegerse de esta pandemia por la cepa del covid-19. Así, comenzó este acto de amor por los pequeños pacientes del Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja.

Durante dos días, con tijeras, hilo y tela en mano, Ruth ayudó a cortar, encajar, retirar hilos y cocer para confeccionar más de 50 mascarillas que fueron repartidas a los pequeños pacientes de este centro pediátrico, y algunos de sus vecinos que los necesitan.

Alicia cuenta que su abuelita no paró de “trabajar” hasta tener listas las mascarillas a base del saldo de tela de algodón orgánico que tenía guardado y que permitió obtener un buen producto, ya que cumplieron con las especificaciones técnicas para la confección de mascarillas faciales.

Con cuatro hijos, seis nietos y dos biznietos, doña Ruth tiene en mente seguir apoyando en esta noble causa, que le traído una enorme satisfacción y que le arrancó lágrimas de alegría al ver protegidos a los niños del INSN San Borja con el producto que elaboró con sus propias manos.

“Fue una alegría indescriptible para mi abuelita, sus lágrimas me causaron ternura, la vi feliz con esta acción que realizó con amor por los niños del Instituto”, narró Alicia, quien dijo que su abuela quiere ayudar y aunque sabe que no debe salir de casa, les envía palabras de aliento como “Unidos lo podemos todo” al personal sanitario que se encuentra en el primer frente de batalla contra el Covid-19.